Medimos el humor social del Oasis Norte mendocino.
- Nicolás González Perejamo
- 30 abr 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 2 may 2024
Casi 7 meses han pasado desde que Demokratía salió a relevar por primera vez el humor social de los mendocinos. Hoy tenemos la necesidad de hacer un corte y fotografiar con una encuesta dónde estamos parados los mendocinos.

Compartimos las consideraciones previas de nuestro estudio sobre el HUMOR SOCIAL en el Oasis Norte de Mendoza en abril de 2024.
Casi 7 meses han pasado desde que Demokratía salió a relevar por primera vez el humor social de los mendocinos; hace 6 encaramos el segundo estudio, urgidos por una realidad social que en estas latitudes siempre apremia; hace poco más de 4 meses asumía el nuevo Presidente con un respaldo y discurso de ajuste sin precedentes. Hoy tenemos la necesidad de hacer un corte y fotografiar con una encuesta dónde estamos parados los mendocinos.
El estudio refleja aquellos sentimientos, creencias y percepciones que tenemos sobre variables que hacen a la vida de cualquier ciudadano. Si bien nos gustaría indagar acerca de la provincia que como sociedad imaginamos y deseamos para el futuro, el contexto económico y social nos lo impide, debiendo priorizar las preguntas sobre las necesidades básicas de nuestros coterráneos.
Atravesamos el momento en que la gente decidió expresar los primeros límites al apoyo a Javier Milei, mensajes delimitados, muy concretos, generalmente establecidos sobre consignas que gozan de apoyo mayoritario, como la innegociabilidad de la “Educación Pública”. Circunstancia que para la oposición toda, que viene de meses sin poder generar un solo mensaje atractivo para el pueblo, significó esa bocanada de aire que separa a los vivos de los muertos, tratando de consolidarlo como un triunfo cuando bien sabe que la gente entiende que “Educación Pública” y “Universidad Pública” no son la misma cosa.
Gente que se toma las cosas de manera diferente, como hace un año, las radicales consignas de “La Libertad Avanza” no son los argumentos de su popularidad y por el momento tampoco representan motivos para el declive. El contrato electoral que une al Gobierno con la gente se reduce únicamente a “la entrega de una economía estable”, en un plazo que refinancian mes a mes a fuerza de indicadores que no terminan de impactar en la diaria de los argentinos pero que son enunciados que hace muchísimo no escuchábamos, lo demás parece no afectar.
En la mirada de la ciudadanía persiste el optimismo, en una suerte de aferrarse a la última chance que representa un tratamiento innovador y el descreimiento de cualquier otro método. La pregunta que dirigió cualquier análisis durante los últimos meses era si la carrera la ganaba la mejora en la economía o el ruido de la cuchara contra el fondo de la olla, parte de esta encuesta empieza a responder la pregunta, la otra parte estará en la boleta del gas.
Ahora bien, ¿el pueblo argentino podrá conformarse con circunstancias económicas estables pero resentidas?, el tiempo récord de algunos indicadores ¿arrastrará a la sensación en la calle igual de rápido? La paciencia reducida a un contrato electoral de objeto único continuará recorriendo solo esa senda o se comenzarán a exigir otras cosas. El presidente, que gobernó acotado a la herramienta del decreto, ¿aceptará estas reglas de juego?, ¿se acostumbrará a negociar con Gobernadores que circunstancialmente le dan su cariño o emprenderá un escenario de “GUERRA TOTAL” para el 2025?
Algunas respuestas, nuevas preguntas, de esta manera actualizamos la información que permite comprender ¿cómo estamos?, ¿cuánto aguantamos? y ¿para dónde vamos? los argentinos que elegimos seguir arriba del barco.

Para ver el estudio completo, y nuestro trabajos previos, visitá el apartado de Experiencias en nuestro sitio web.
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